Columna de opinión
Evaluando los efectos de la Ley de 40 Horas en la Vida Familiar
La Ley 21.561, conocida como Ley 40 horas busca mejorar la salud mental y el bienestar de los trabajadores. Sin lugar a dudas en su espíritu constituye un importante avance en los desafíos que tenemos como sociedad al buscar una mejor calidad de vida y bienestar para los trabajadores y sus familias.
No obstante resultados preliminares de una encuesta aplicada en 2023 a 516 familias con doble ingreso parental e hijos/as adolescentes en Temuco, en el marco del Proyecto Fondecyt 1230060 financiado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), indican que una menor cantidad de horas trabajadas sólo se asocia a menor estrés percibido en las madres, no en los padres.
Los datos del proyecto también indican que una menor cantidad de horas trabajadas reduciría el conflicto que va desde el trabajo hacia la familia (por ejemplo, pasar menos tiempo con la familia debido a tener que trabajar hasta tarde para cumplir con una fecha de entrega), pero no se asociaría con un mayor bienestar subjetivo en los trabajadores.
Nuestros datos indican que trabajar menos horas no se asocia con la satisfacción con la vida, satisfacción laboral, satisfacción con la vida familiar y satisfacción con la alimentación de madres, padres y de sus hijos. Analizando otros datos, nuestros resultados indican que trabajar menos horas no ayuda a que los trabajadores lleguen a sus casas y disfruten las comidas familiares, pero sí habrían pequeños beneficios en el ámbito alimentario, es así como las madres que trabajan menos horas tienen mejores habilidades para cocinar y sus hijos/as tienen una dieta de mejor calidad.
No cabe duda que hay que estudiar más a fondo los resultados obtenidos y evaluar el impacto de la ley una vez que lleve un tiempo de implementada, pero al menos en este tipo de familias la ley podría no lograr el impacto esperado.
Berta Schnettler, Doctora en Ciencias Empresariales, subdirectora de BIOREN – UFRO.